Hoy iba en un autobús vía al trabajo. A medio camino se subió una señora mayor, así que le di el asiento; y antes que pudiera levantarme, preguntó: ¿Eres venezolana? Le dije que sí. Ella me respondió: Se nota, ustedes son así, tan amables, tan decentes. ¡Qué orgullosa me sentí!”.
Así deciá el tweet que escribió el 9 de febrero la periodista Dayana Cherubini, quien trabaja como mesonera, y afirma que cada vez que le toca atender una mesa le preguntan lo mismo. “Cuando les digo que soy de Venezuela recibo comentarios muy buenos y cargados de mucho cariño”.
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Tras hacerse viral, el post de la usuaria @DayanaCherubini ha sumado un total de 26 mil likes, 8.700 retuits y 516 comentarios. El mensaje, que sigue causando sensación, despertó una amplia serie de reacciones e historias, cada una más sorprendente y simpática que la otra:
“Trabajo como camarera en un restaurant aquí en el norte de España. Y siempre me preguntan de dónde soy, y al decir: venezolana, me responden: Ustedes los venezolanos siempre así, alegres, sonrientes y educados. ¡Me sonrojo! Y doy las gracias llena de orgullo. Siento que dejo bien a mí país”, tuiteó @CarelGalileo.
“¡Qué casualidad! Hoy me pasó lo mismo. Ayudé a una señora a pasar un coche de niño por un desnivel. Me preguntó si era venezolano y le dije que sí, me dijo: “Con razón, ustedes son siempre tan amables”. La verdad, yo no me siento más ni menos amable que un panameño”, escribió @aviloso1963.
Debemos cultivar buenos valores
Por su parte, la usuaria @MarciaD69729452 considera que “es una tarea ardua la que nos toca ahora” de “inculcar esos valores: educación a nuestros hijos, nietos, sobrinos, ahijados y todo nuestro entorno”.
Las historias se repiten en diversos países y coinciden en elevar el ánimo de una diáspora cada vez mayor: “En un paseo por Cundinamarca (Colombia), un anciano arrastraba su bici con un bulto de papa que se le cayó. Sin dudar, bajé del carro y lo ayudé a subirlo de nuevo: 50 kg. Preguntó si era venezolano, le dije que sí. Su respuesta fue: Los venezolanos son buena gente, no lo que dicen por allí”, trinó @Mccgraff.
“Una vez estando en Aruba, una mesonera ya mayor llevaba su carrito de bebidas y se le volteó… Yo dejé de cenar y me paré a ayudarla y hasta barrí los vidrios con ella. Todos se me quedaron viendo donde estaba y me dijeron: Acá nadie hace eso”, agregó el oficial mercante @jlrondon807.
“Soy colombiano y tenía muchos años en Caracas, Venezuela. Debido a la situación que atraviesa el país, me tocó volver a mi amada Colombia. Y hoy hablando con mi hermana, le decía que extrañaba la generosidad de la gente venezolana. Tuve jefes exigentes, pero que valoraban el esfuerzo”, compartió @OCHOA634.
“Estaba en una cadena de comida rápida en Brasil. Al terminar de comer, mi hija y yo recogimos las bandejas y botamos los desperdicios. La señora de la limpieza se sorprendió y muchos de los que comían también. Le dije: somos venezolanos; en mi país lo hacemos así, disculpen”, escribió @wlenin1967.
Cuando caiga el dictador, tramito la nacionalidad venezolana
No todas las respuestas fueron de venezolanos, aunque sí la mayoría: “Son la gente más genial y educada que conocí. Los quiero tanto que terminé enamorándome de una venezolana, con la que hace dos años convivo. Los adoro, a ustedes y a su país. Ah, yo soy uruguayo” dijo @LordMaldoror.
“Cuando caiga el dictador hasta voy a tramitar la nacionalidad, jajaja. Estoy enamorado de Venezuela”, agregó.
Positivismo a granel
“Este es el hilo más positivo que he leído en mucho tiempo. Es así, los buenos somos más y podemos dejar huella”, escribió @Adriana_o0o.
Los mensajes continúan y quien lo lee se va contagiando, es una especie de ola positiva de lo que va proyectando el gentilicio venezolano donde quiera que va.
Redacción Contexto Diario